Jardín en Bilbao

La intervención tiene dos zonas diferenciadas: por un lado la que rodea la vivienda y por otro la que está sobre la escollera.

Una de las premisas fundamentales de la propiedad es garantizar la privacidad sin renunciar a las vistas. Para ello se plantea un seto sobre la malla electrosoldada existente. Paralelo al seto un parterre de flores silvestres transita hasta el césped con un borde sinuoso.

En la entrada a la parcela se diferencia el acceso peatonal del rodado con la construcción de un murete y de una rampa escalera de 1,10 m de anchura, que discurre paralelo al parterre de lavandas y romero. Además se amplía la superficie horizontal de acceso a la vivienda con la construcción de una plataforma de madera.

Junto al nuevo acceso peatonal y a continuación del cierre de la parcela hacia la calle, se crea una nueva topografía con una barrera de tierra sobre la que se plantan 3 nuevos árboles que ayudan a garantizar la privacidad en esa zona.

En la parte trasera se organiza una zona de barbacoa y el paso hacia la zona de frutales en la zona alta de la escollera existente

La idea es ordenar la zona de frutales con un camino que va ascendiendo según la pendiente y discurre entre las dos primeras filas de árboles, para acceder a dos plataformas horizontales. Estas estancias-huertas, a dos alturas, se construyen con muros de piedra en forma de “L” que estructuran espacialmente la ladera.

La primera plataforma de menor dimensión, se encuentra unos 4 m por encima de la cota del jardín; desde ahí el camino asciende 1,65 m hasta la segunda plataforma. Los muros de piedra sobresalen 40 cm sobre la horizontal de manera que además de barrera se pueden usar como bancos.

Además en la terraza superior se dispone un banco de madera fijado al muro de piedra, desde el que contemplar la higuera y Bilbao.